Seis herramientas para ser efectivos a los cambios
Comprobado está que no hay arcoíris sin tormenta y esta es la tormenta perfecta. Nos aleja, nos distrae, nos sacó del camino, confunde nuestras prioridades e intenta que no progresemos.
La vida nunca se queda quieta, pero a veces (como ahora) toma giros inesperados y qué hacemos, ¿Retrocedemos?, ¿Improvisamos? ¿Nos Paralizamos? 😏 ¡NO! Persistimos, Reflexionamos y entonces, solo entonces, Reaccionamos.
Piensa que cualquier cosa que alcanzaste en tu vida estuvo fuera de tu zona de control, así que comienza a ver la adversidad como una virtud.
1. Reconoce y acepta el cambio sin dejar que las circunstancias te definan. Mientras nuestra fortaleza y fe se ponen a prueba debemos soltar las tonterías y visualizar lo sustancial. Define la nueva realidad con el conocimiento de que todo lo que vale la pena es cuesta arriba.
2. Ajusta los planes que ya tenías. En una crisis el cambio se vuelve una orden, porque entramos en aguas profundas. Al sacarte de tu zona de confort te reta y desafía a liderar tu camino. Deberás ser audaz en las decisiones y creativo en los pensamientos.
Quiere decir que me voy a enfocar en lo que realmente es fundamental en mi vida. Para lograrlo voy a entrenar la mente y el corazón. No tienes que ser un profesional, solo necesitas hacerte las preguntas correctas y orar en caso de que creas en conectarte con la Fuente.
Ejemplo de preguntas:
- ¿Cómo me mejorará esta crisis?
- ¿Qué versión de mi quiero ser cuando finalice este proceso?
- ¿Qué pensamientos me limitan y no me dejan avanzar?
- ¿Cómo usaré esta crisis para ayudar a otros?
- ¿Qué hábitos necesito eliminar o añadir para alcanzar mi propósito dentro de esta nueva realidad?
- ¿Cómo voy administrar mi tiempo?
3. Haz un plan.Te insisto y persisto en el bendito plan que te ayudará a enfocar y mantener ese enfoque aunque el camino este nublado. Recuerda que el hombre que se prepara tiene media batalla gana. Mientras que cuando no hay un plan y dejamos la distribución del tiempo al azar muy pronto reinará el caos, y perderás el control por tus propios méritos.
4. Organiza tus metas, tus días, tus horas. Que al final del día la suma de pequeñas tareas concluya en un nuevo aprendizaje, una lección. Puedes ir a paso lento, pero sin pausa. Que el día termine en menos deberías y más HICE. Y que cuando no sea así te preguntes cómo puedo reponer mañana lo que no dice hoy.
No puedes producir grandes cosas, sino te sinceras contigo y aprendes a liderarte. Toma el TIMÓN o como dice mi madre «coge el toro por los cuernos». Por lo general, tememos más a cosas que están en nuestra mente que a las que si pueden pasar. El éxito y el fracaso van juntos, así que vas a fallar, pero que no sea por debilidad, por falta de persistencia o por falta de propósitos.
5. Añade valor a tu tiempo. Tienes el potencial para superarte en medio de la adversidad, el problema es tener una esperanza alta con hábitos malos que jamás te llevarán a donde quieres.Cambiarás para mejorar cuando adquieras la fuerza de lo que superes.
Siempre hay una respuesta, siempre puedes hallar el camino al éxito. Comienza por ser sincero en tu reflexión. Hay que sacar el coraje a pasear y robustecer la fuerza de voluntad para movernos al lugar donde deberíamos estar.
Te quiero ver hacer las cosas para las que eres grandioso no para las que nunca fuiste hecho.
Te necesito en movimiento. #TuConmigoYoContigo
¡Un abrazo!